Se triplicará el financiamiento climático
Pero podría ser demasiado poco, demasiado tarde, para evitar los peores efectos del cambio climático
Una de las principales conclusiones de la COP 29 en Azerbaiyán fue que se triplicará el financiamiento climático para los países en desarrollo a $300 mil millones al año a partir de 2035 (la meta existente, que recién se cumplió en 2022, era de $100 mil millones anuales).
Este monto será movilizado con el “liderazgo” de los países desarrollados, pero se invita a que algunos países en desarrollo también contribuyan. Era una anomalía derivada de la clasificación del mundo en 1992 que un país como Bulgaria, que tiene un PIB per cápita de $15.800, es considerado un “país desarrollado”, mientras que países como Qatar o Singapur, con un PIB per cápita de 87 mil y 84 mil dólares respectivamente, son considerados “países en desarrollo”.
También cabe mencionar que actualmente el país con más emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es China, que emite el 27 % del total, y que incluso ha superado en emisiones per cápita a la Unión Europea; pero no está considerado entre los países que deben contribuir al financiamiento climático.
Se aspira a que se movilicen $1.3 trillones anuales en financiamiento climático de todas las fuentes (públicas y privadas), que es el monto estimado que requieren los países en desarrollo (excluyendo a China) para enfrentar la mitigación y adaptación al cambio climático.
El destacado analista económico Martin Wolf, del Financial Times, señaló que hasta cierto punto el desenlace de la COP29 podría considerarse como un fracaso o un desastre; dado que el cambio climático es un problema global, y que la mayoría de países en desarrollo no tienen acceso al mercado financiero internacional, el monto acordado es “demasiado poco, demasiado tarde”.
El mundo ya ha superado en 2024 la barrera del aumento de la temperatura global en 1.5 grados C desde la época preindustrial, al establecerse un nuevo récord de temperatura. Tres analistas, Rockström, Kleinnijenhuis y Bolton, aseguran que el mundo ya se encuentra en una “emergencia climática”, y que se requiere reducir las emisiones de GEI en un 7,5% anual. Esto exigiría un cambio radical con respecto a las tendencias recientes. Por lo tanto, dicen, es “necesario movilizar financiación climática ahora, comenzando a gran escala en 2025, no para 2035”.
Al franquear la barrera de 1.5 grados, dicen, “estamos en peligro de cruzar cuatro puntos de inflexión irreversibles: el colapso de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida occidental; el deshielo abrupto del permafrost; la muerte de todos los sistemas de arrecifes de coral tropicales y el colapso de la corriente del Mar de Labrador. Todo esto nos colocaría en un mundo nuevo y muy peligroso”.
Existe la tecnología para reemplazar los combustibles fósiles por energía renovable, y de hecho los costos de la energía limpia ahora son inferiores a los de la energía tradicional. Por ende, la solución, dice Wolf, es que los ciudadanos de los países ricos subsidien la transición energética de los países en desarrollo.
Según Rockström et al., esto requeriría subvenciones no reembolsables (o préstamos concesionales “equivalentes a subvenciones”) de unos $256 mil millones de dólares al año. “Sí, es una suma importante, pero apenas representa un poco más de la cuarta parte del presupuesto de defensa de Estados Unidos y el 0,3% del PIB total de los países de altos ingresos. Hace tiempo que disfrutamos de nuestra atmósfera como un sumidero gratuito. Ya es hora de que invirtamos en su salud”.
Un factor que complicará este proceso es la elección de Donald Trump en Estados Unidos. El ha dicho que volverá a retirar a los EE.UU. del Acuerdo de Paris, y que eliminará los subsidios de la administración Biden a los vehículos eléctricos y a la energía renovable. En su gobierno anterior también suspendió las contribuciones al Fondo Verde para el Clima (GCF). Es posible que Elon Musk le convenza de lo contrario (incluso el jefe de la petrolera Exxon ha sugerido que EE.UU. debe permanecer en el Acuerdo de París); pero también puede ser que Trump se entregue a los intereses de la industria de combustibles fósiles y sus aliados rusos y árabes.
En cuanto a aportes en efectivo, en la COP29 se anunciaron contribuciones por $760 millones para el nuevo Fondo para Pérdidas y Daños; $763 millones para el Fondo Verde para el Clima (parte de la reposición de $13.600 millones efectuada en 2023-24) y $131 millones para el Fondo de Adaptación.