El origen de los apagones y la inseguridad es el Correísmo
Los apagones, la inseguridad y la abultada deuda externa, tienen su origen en las políticas del régimen de Rafael Correa
Uds. dirán como se puede seguir culpando a Rafael Correa de los problemas que ocurren casi ocho años después de que dejó el poder, y siete años desde que su partidario electo Lenin Moreno dejó de ser su partidario.
Pues es simple. Los tres principales problemas que enfrenta el Ecuador en la actualidad son los apagones eléctricos, la inseguridad y la elevada deuda pública. Y los tres problemas tienen su origen en el régimen y las políticas de Correa.
Apagones
La causa inmediata de los apagones es la sequía y la reducción de los caudales de agua en las centrales hidroeléctricas.
Ya hace siete años advertí sobre los riesgos de que los cambios de la pluviosidad y el deshielo de los glaciares, como efecto del cambio climático, podría afectar la generación hidroeléctrica.
Alertaba que al “deshelarse los glaciares y reducirse la precipitación en ciertas zonas de la Sierra, podría verse afectado el caudal del agua que las alimenta”.
Decía que dado que el gobierno de Correa había apostado por completo a las grandes centrales hidroeléctricas (el “Plan Nacional del Buen Vivir” tenía previsto que el 90 % de la generación eléctrica provendría de esa fuente), era necesario “desarrollar planes y actividades para mitigar los riesgos de que dichas represas puedan verse afectadas por los cambios en la pluviosidad y en la disponibilidad de agua”; y también llamaba a impulsar otras formas de energía renovable como la solar y la eólica.
Pero el problema no se queda ahí. El origen del problema también está en el artículo 313 de la Constitución Correísta del 2008, que reserva al Estado “el derecho de administrar, regular, controlar y gestionar los sectores estratégicos”, incluyendo entre estos sectores “la energía en todas sus formas, las telecomunicaciones, los recursos naturales no renovables, el transporte y la refinación de hidrocarburos, la biodiversidad y el patrimonio genético, el espectro radioeléctrico, el agua”.
Pese a que el gobierno de Lasso dejó firmados 10 proyectos de energía renovable, dichos proyectos no han podido arrancar porque no se ha definido el mecanismo de pago por la electricidad generada, en parte por la oposición de los sindicatos en las empresas eléctricas públicas (también correístas).
Inseguridad
Durante el gobierno de Rafael Correa, se crearon las condiciones para el fortalecimiento de los Grupos de Delincuencia Organizada (GDO):
· Se organizó un Congreso de las FARC en Quito (2008)
· “Ciudadanía universal” permitió que ingresen sin visa delincuentes de docenas de naciones (2008)
· Eliminación de la base de EE.UU. en Manta (2009)
· Se desarticuló en 2009 la Unidad de Inteligencia antinarcotráfico (UIES) de la Policía, y en su lugar se creó la SENAIN, una policía secreta para espiar a adversarios políticos
· Acuerdo con las pandillas “Latin Kings” (Aleaga) y “Los Ñetas” (Norero) en 2009; muchos de sus integrantes pasaron a formar parte de la policía, Fuerzas Armadas, etc.
· Compra de radares chinos y helicópteros indios defectuosos (el Ecuador no tuvo radares operativos durante ocho años).
· Indulto a miles de narcotraficantes
· Un subsecretario de gobierno, José Ignacio Chauvin, colaboraba estrechamente con las FARC y con el GDO de los hermanos Ostaiza. Los Ostaiza y las FARC afirmaron que contribuyeron a la campaña de Correa.
· Creciente control por parte de los GDO de las cárceles.
Tras la muerte de algunos capos como alias “Rasquiña” y Norero, se han producido enfrentamientos entre distintos GDO por controlar territorios, y estos se han fraccionado; esto disparó la tasa de homicidios en el Ecuador.
Deuda externa
En diciembre 2008, el gobierno de Correa declaró una moratoria, no por incapacidad de pago, sino para manipular al mercado (tanto es así que se utilizaron más fondos para la recompra de los bonos con descuento que lo que hubiese sido el servicio de la deuda previsto ese año). Esto disparó el riesgo país, y alejó al Ecuador de los mercados internacionales.
Al caer los precios del petróleo a partir de 2014, en lugar de reducir el abultado gasto público (44 % del PIB en 2014), el gobierno de Correa comenzó a endeudarse agresivamente. Así, la deuda externa pública pasó de $8 mil millones en 2009 (13,2 % del PIB) a $32 mil millones en 2017 (32 % del PIB). A septiembre 2024, la deuda externa pública corresponde a 39,5 % del PIB (en parte por los créditos contratados a raíz de la pandemia), aunque ha disminuido la tasa de interés promedio, dado que actualmente un porcentaje mayor de la deuda corresponde a organismos financieros multilaterales (55,5 % del total).
Mi conclusión es que no convendría al Ecuador volver a elegir a los responsables del origen de estos tres problemas.