Capítulo 4. Austin, Texas
El cuarto capítulo de mi novela trata de Austin; el 11 de septiembre; y el inicio de las guerras en Afganistán e Irak
Al concluir sus estudios de Maestría, mi padre postuló a varios programas doctorales, y decidió aceptar una oferta de beca de la Universidad de Texas en Austin.
Esta era el campus principal del sistema de la Universidad de Texas, y tenía varios programas de posgrado entre los 10 mejores de Estados Unidos. Siendo una universidad pública, también contaba con el segundo mayor fondo de inversión entre todas las universidades (después de Harvard), gracias a los ingresos derivados de la explotación petrolera en el estado.
Contaba entre sus centros académicos el Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS), considerado el mejor del país en este campo, y también la Escuela de Administración Pública Lyndon B. Johnson, de igual manera, entre las mejores de Estados Unidos.
Nuevamente, tuvimos la fortuna de poder obtener una casa subsidiada para estudiantes casados, que se encontraba al oeste de la ciudad, sobre la Avenida del Lago Austin. Muy cerca de la casa, a una distancia que se podía ir a pie, se encontraba el Lago Austin, formada por una represa.
De manera similar a Eugene, Austin era un bastión progresista y Democrático en medio de un estado que se estaba volviendo cada vez más conservador y Republicano. El gobernador de Texas, George W. Bush (hijo del ex–presidente George H. W. Bush) había sido electo presidente en el 2000, y su sucesor como gobernador era de igual manera Republicano.
Llegamos a Austin en agosto 2001, y un mes después tuvieron lugar los ataques del 11 de septiembre, organizados por Al Qaeda. Murieron cerca de 3.000 civiles en esa fecha, tanto en el colapso de las Torres Gemelas en Nueva York, en el Pentágono (Departamento de Defensa) en Washington D.C., y en un avión que se estrelló en el estado de Pennsylvania, que se pensaba que probablemente iba dirigido hacia el Capitolio o la Casa Blanca en Washington.
No se anticiparon los ataques, pese a que el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, había advertido y amenazado con atacar a Estados Unidos; la CIA y el FBI conocían que había células de la organización operando en EE.UU.; e incluso había habido denuncias de que había estudiantes musulmanes estudiando en escuelas de aviación, quienes decían que no les interesaba aprender a despegar o aterrizar sino únicamente a pilotear los aviones.
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